Sobre nosotros
Colegio Amauta de Landázuri es un preescolar ubicado en Heliópolis 210, Clavería, Azcapotzalco. La palabra Amauta proviene del quechua —idioma originario de los incas, hablado desde el sur de Colombia hasta Tucumán, en Argentina— y significa "el que enseña a vivir".
Inspirados en esa filosofía, formamos niños felices, seguros, auténticos y autónomos, capaces de expresarse, tomar decisiones y construir su propio aprendizaje desde los primeros años. Nuestra identidad pedagógica se basa en rescatar lo mejor de nuestras raíces para formar personas con sentido, corazón y propósito.
Somos parte de la Red Educativa Amauta, lo que garantiza una trayectoria sólida y la posibilidad de continuidad académica desde preescolar hasta nivel universitario.


Nuestro modelo está centrado en el alumno. Fomentamos el aprendizaje activo, la autonomía, el juego, la exploración, la creatividad y el desarrollo socioemocional. Nuestra propuesta se basa en metodologías activas, cooperativas y lúdicas.
- Bilingüe desde los 3 años con método Cambridge
- Francés como tercera lengua
- Psicomotricidad y juego libre
- Educación física impartida por especialistas, que permite un desarrollo motriz completo desde preescolar
- Artes, huerto, actividades sensoriales
- Desarrollo emocional, comunicación y empatía
- Fomento de la curiosidad, el pensamiento crítico y la expresión
Inspirados en el pensamiento de los antiguos mayas, creemos que «el hombre no solo contempla la belleza, la crea» y que «nace para resolver conflictos, no para crearlos». Nuestro objetivo es formar niños felices, autónomos, empáticos y con sentido.

Nuestra historia
Hace más de 45 años, los maestros Alberto Rivera Bendezú y Soledad Corrales llegaron desde Arequipa, Perú, con una misión clara: formar seres humanos con valores, conciencia y corazón. Así nació el Colegio Amauta, inspirado en la figura del sabio que enseñaba con el ejemplo, con la palabra y con la vida.
Décadas después, en medio de una pandemia que trajo miedo, encierro y silencio, nació una idea luminosa. Mientras muchas escuelas cerraban, nosotros decidimos abrir un nuevo plantel: un lugar donde los niños pequeños pudieran sentirse seguros, amados y libres para crecer.
Fue en ese momento incierto cuando, casi como una señal, apareció el nombre de Guadalupe Ortiz de Landázuri. Su historia de fe alegre, entrega profunda y amor silencioso nos dio sentido. Supimos que ese debía ser el nombre: ella sería nuestro corazón.
En cada etapa de nuestra historia ha habido personas clave que creyeron en este sueño y lo hicieron posible. Entre ellas, agradecemos profundamente a José Medina, cuya confianza y visión sembraron la primera semilla del Colegio Amauta de Landázuri, inspirado en el legado de Guadalupe.
Hoy, en cada rincón de este colegio, el espíritu de Guadalupe nos recuerda que educar es amar, es guiar, es creer en cada niño con esperanza y responsabilidad.
Donde todo comenzó como una señal…
y se convirtió en una misión.
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